

Con ella se da fin oficialmente al verano, una bonita época tanto por el clima, como por la variedad de actividades que se realizan y el carácter mas amable y extrovertido de la mayoría de las personas en esta época (aunque el que es capullo, lo es durante todo el año..).
Llega la caída de las hojas que desnuda los árboles caducos como si fueran viejos en un declive en el que parece no puedan volver a lucir su frondosa imagen. Y lo peor para mí, el cambio horario, con la reducción de horas de sol que hace anochecer a las 18:00. Aun recuerdo la tristeza del primer domingo con el horario de invierno.
Todo esto hasta hace años me generaba una cierta melancolía un tanto irracional que con el tiempo y con la asunción del estado de Impermanencia del todo que plantea Buda, hace que simplemente sea una época mas del año y que incluso valore mas que en tiempos pasados, gracias a mi principio de Carpe Diem en el sentido mas estricto de la frase.
Por otra parte es paradójico este cambio de actitud precisamente en estas fechas en las que nos acercamos al 7º aniversario de nuestro segundo nacimiento, y muy especialmente del de Damarín. Además se da la triste circunstancia que la persona que en un primer momento nos atendió a la llegada al hospital y que resultó ser un amigo de la época se encuentre ahora en un estado peor del que llegamos nosotros esa fatídica noche del 8 de octubre. Esto a pesar de la tristeza que personalmente me causa, no hace sino reforzar aun más mi teoría acerca de vivir cada minuto de la vida y disfrutarla al máximo (sin tocar los huevos a los demás) ya que nunca sabes donde estarás mañana ni tu ni los que te rodean que por suerte cada vez son más.
Para quien lea esto, por favor que no deje caer estas reflexiones en saco roto y trate de ser feliz y de banalizar los problemas que aunque puedan parecer graves, realmente en la mayoría de los casos no lo son tanto y debes evitar que te resten paz y felicidad, ya que como en las carreras de ultrafondo, todos tendremos tiempo de pasarlo mal, pero cuanto mas tarde llegue es momento mejor.
Es por todo esto que mi visión otoñal ha dado un giro de 180 º y me he tirado a la calle a disfrutar del mismo en cada momento; desde el bonito amanecer de la terraza cuando desayuno o desde los primeros rayos de sol que entran en la cúpula de la piscina mientras me deslizo por ella hasta la tranquilidad del mar en el atardecer…
Esperando que pueda ayudar a mejorar el estado anímico de alguien, solo me queda mandar un ruego para la recuperación de Diego que se ha convertido en un verdadero luchador por la vida, al igual que tantos otros de los que por desgracia cada vez son mas.
BE HAPPY!!!!!!