Por fin corro en casa! Afronto esta carrera con especial ilusión por lo
complicado que se me está haciendo este año gestionar los entrenos por falta de
tiempo, pero siempre hemos tenido claro de dónde venimos y qué es lo que realmente
nos hace disfrutar, así que nada nos van a impedir que cambiemos nuestra forma
de entender la vida.
La carrera empieza el viernes 25, con la llegada del Señor Manolo y Jesús
dispuestos a sufrir de lo lindo y Bea y Ester, incondicionales en esto del
seguimiento de nuestros objetivos deportivos. El mismo viernes recibo un
mensaje del que faltaba… Ignacio me escribe: “oye, y si corro el domingo con
Papa?!” buena idea esto de prepararse una Marathon 2 días antes!
El sábado se incorpora Vicente y con Jordi completamos el equipo de un fin
de semana perfecto en buena compañía. Día de cañas y cena de pasta para no
perder la costumbre preparatoria de las carreras.
El domingo quedamos a las 8:15 al lado de la salida para las pertinentes
fotos y reuniones con todo el resto de compañeros de A To Trapo. Fotos hechas,
saludo al sol madrileño y cada mochuelo a su olivo. Salen primero los
corredores de los 10 km y a las 9:00 después de un desastre de división por
cajones (de hecho, el cajón era único), se da el pistoletazo de salida (por decir
algo, porque del aviso de la salida se enteraron pocos).
Empiezo la carrera con Jordi acompañándole en su primera Media Marathon
hasta el km 13, momento en que se dividen nuestros caminos y empieza mi periplo
individual (aunque el sentimiento de soledad se vio aliviado por tener a Bea de
escudera cada kilometro, muchas gracias! la próxima tienes el dorsal aseguradoJ), sabiendo que justo detrás Vicente iba
de escudero en la primera Marathon de Jesús y mi hermano hacía lo propio con
Manolo.
Personalmente, me planteo la carrera para disfrutar y así lo hice. El
recorrido es muy bonito y emocionante en algún punto como Sol o la Plaza Mayor,
donde la gente hacía que tus piernas fueran solas. Pero no todo va a ser un
camino de rosas… a partir de la casa de campo empieza lo duro, con kilómetros
en las piernas y cuestas que amargan la existencia a más de uno, y a mí me la
solucionan porque vuelvo a encontrar ese sentimiento de libertad de conseguir
tener la mente totalmente en blanco. Paso a paso vamos tirando y sin comerlo ni
beberlo estamos en la entrada del retiro, acariciando la meta mientras cientos
de personas formaban un pasillo que nos acercaba en volandas al arco de
finisher.
Justo detrás de mí entraban Vicente y Jesús, cumpliendo este último con la
primera Marathon de muchas que nos quedan por correr juntos y como guardianes
de este grupo variopinto de corredores llegan Ignacio y mi padre, que con 67
añazos cruza la meta como si fuera un chaval y con un espíritu que ya lo quisieran
algunos veinteañeros.
Pronto nos enteramos que el resto del equipo ha acabado como siempre
solemos hacerlo, por todo lo alto! Incluyendo Fernando, que el tío voló
literalmente rompiendo todas las barreras concebibles para esta carrera.
Enhorabuena a Jesús y Jordi por conseguir el reto planeado y gracias a
tod@s por este fin de semana, a Pablo, Santi y Jimmy por animarme en algunos
momentos duros de la carrera y especialmente a Ester y a Bea, fieles seguidoras
y eternas sufridoras de nuestros gustos.
P.D. Sin ningún lugar a dudas, lo peor la organización, es lamentable ver
como esto se está convirtiendo en un negocio en toda regla, sin atención al
corredor, aplicando leyes capitalistas de máximos ingresos y mínimos costes y
perdiendo la esencia de lo que realmente debe ser una Marathon. Es una pena que
una ciudad como Madrid se venda al mejor postor, cediendo el MAPOMA al “Rock´n
Roll Marathon” sin exigir mínimos de calidad y cobrando 60€ por unos servicios
que dejaban mucho que desear. Mala señal para los que nos movemos en este
mundillo!
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