CRONICA DE UN ERASMUS EN CRACOVIA

19 de septiembre, T4 de Madrid, me despido de mi padre y me junto con Rafa y Antonio, en ese momento no me hubiera imaginado que iban a ser mis compañeros de piso (junto a soplica). Llegamos a Cracovia y lo primero, cerveza y pizza en el sycila. Vaya año, ni mis mejores predicciones hubieran llegado a la locura que hemos vivido. Siendo sincero, nunca había tenido intención alguna de irme de Erasmus, pero Bea me impulsó a tomar una de las decisiones más importantes de mi vida y es por ello que te lo agradezco. Lo pedimos juntos, pero al final los dos hemos vivido en países totalmente dispares (la ultradesarrollada Finlandia y la “menos” desarrollada Polonia), lo que no ha hecho que dejáramos de disfrutar ni un solo segundo y que hayamos conseguido pasar juntos “la maldición del erasmus”.

Reconozco que este año ha estado lleno de irresponsabilidades. Familia de Cracovia, hemos salido más que nunca y más que nadie, semanas de 7 dias acostándonos a las 7 de la mañana sin problema alguno, viajes de 10 días sin pensarlo, exámenes con cero horas de sueño, trenes del infierno, baños en fuentes, soplica en cantidades ingentes, cárceles polacas y demás situaciones de las que me pregunto ¿cómo tenemos tanto aguante? ¿Y cómo seguimos intactos?

Probablemente no haya sido un año excelente académicamente hablando y si nos grabaran nuestro dia a dia nos reducirían la beca a la mitad pero (al menos por mi parte), he de decir que este año he aprendido a relacionarme, a conocer a gente, a viajar, a darme cuenta de qué es lo realmente importante para mí y lo mejor, he aprendido a vivir. Como dice mi madre, la vida son 4 dias y 2 son nublados (a lo que yo le respondo que en krakow de 4 dias, 3 y medio son nublados) por lo que hay que aprovechar cada minuto e intentar disfrutar hasta de los momentos en que no te apetece ni levantarte de la cama. Hoy, puedo decirle a la persona que me dijo que el Erasmus es una perdida de tiempo que está equivocada y que es un año en el que ganas más que en 3 de universidad. Me ha costado cambiar mi actitud (debido principalmente a mi “obsesión” con los estudios y el deporte) pero ahora se que lo que tenemos que hacer es (dentro de la máxima responsabilidad y el trabajo diario) vivir este regalo que tenemos, vivir nuestra vida como si no hubiera mañana.

En fin, es imposible que explique mis sentimientos de este año en unos cuantos párrafos y que nombre a todas las personas que han hecho de esto una experiencia inolvidable, únicamente que animo a todo el que tenga dudas de irse un año fuera a que se vaya y que puede ser que al principio se pase mal (gran llegada a krakow poti!), pero en nada te das cuenta en la burbuja en la que se vive y sobre todo ahora, en la que España cuenta con más de un 24% de paro y hemos sido rescatados. Como es lógico, la tristeza me embarga cuando veo que esto se acaba, que sé que voy a estar mucho tiempo sin ver a amig@s de verdad conocidos en Polonia (que fuerte, Polonia!!) pero esto tiene caducidad y se que lo que hemos vivido aquí nunca se nos va a olvidar (al menos lo que recordemos ;)).

Ahora vuelta al hogar, el nuevo hogar;), hogar en el que se que voy a ser más feliz que una perdiz y hogar al que tod@s estais invitados. Gracias flatmates, gracias a tod@s l@s que estais cerca de mi, sabeis que en Alicante teneis la casa. Un servidor se despide con una Harnas en la mano (ya sabeis que estoy inviertiendo en la universidad de los hijos del delikatesy de debajo de casa). Nunca os olvidaré, os quiero!