Y SOBREPASAMOS LAS BARRERA DE LOS 100…

1ª PARTE BY NAXET:

Hace ya unos cuantos años en mis inicios como corredor, mi padre me contaba historias y anécdotas acerca de las carreras y de las vivencias relacionadas con el mundillo.
Recuerdo cuando me dijo que conocía a uno que corría carreras de 100km, a lo que yo le contesté con mi habitual escepticismo “No papá, estará confundido, carreras tan largas no se pueden hacer ya que lo máximo son 42 km; además una persona difícilmente podría correr esa distancia”

Con los años comprobé que no estaba equivocado, quedándome perplejo de como alguien puede recorrer esa distancia, hasta que sin saber muy bien como, me vi envuelto en la posibilidad de intentarlo y como no podía ser de otra forma acompañado por Borja.
Que mejor ocasión para el estreno que la carrera de 101 km organizada por La Legión en la serranía de Ronda y que mejores compañeros que el pedazo sequito de amigos de A To Trapo que se unieron en este Rato-Reto.

Escoltados por papá, mamá y Ester, llegamos al punto de encuentro con el resto de la expedición para recoger dorsales, pasaportes legionarios y ya reunirnos en nuestros alojamientos a modo de concentración bien cerca de las cervecitas y vino que ya no probaríamos hasta el domingo…

Amaneció lluvioso teniendo que tirar de bolsas de basura a modo de chubasquero, pero pronto se disiparon las gotas para poder cuadrarnos antes los tradicionales Vivas.

VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGIÓN…….cañozazo (pelos como escarpias) y palante

Atravesamos las calles de la preciosa Ronda (ciudad digna de conocer) como la tropas que van a la guerra y pudimos despedirnos de la familia sin saber muy bien cuando volveríamos a verles.

Ya en el campo creamos un grupito con Juanma, Borja y el menda, al que posteriormente se juntaría Antoñito no separándonos ya durante toda la prueba algo que hizo mucho mas llevadera y divertida la misma.
Prácticamente desde el principio estuvimos adelantando corredores sobretodo militares, UME, Guardia Civil, Infantería, Sección Caballería, BRIPAC, Marina….. y fuimos pasando por los distintos paisajes de encinares característicos de la región, así como por los bonitos pueblos que la circundan, entre los que destacaría muy especialmente Setenil, un bonito pueblo incrustado en las mismas rocas.

Por el camino fuimos encontrando amigos y especial ilusión me hizo encontrarme a Santi de Gandía, compañero del Trail Botamarges y con el que hicimos gran parte de esta prueba a pesar del cansancio acumulado que llevaba (que maquina).

Llegaba el km 60 y nuestras fuerzas parecían intactas. Tocaba cambiarse y comer para continuar (Yo paso que voy cómodo, ya si eso en el km 78 xq aquí no hay cerveza…)

CONTINUA BORJA:

Km 60 y ya en Setenil los 4 del principio y Verena como acompañante de lujo durante algunos km. La verdad es que una sensación muy extraña y nueva para mi después de tantos kilómetros recorridos porque el cuerpo en general estaba bastante bien pero tenía dos problemas: por un lado no me podía sentar porque si lo hacía me quedaba ahí y por otro lado no podía estar de pie y quieto porque me temblaban las piernas!!! Así que decidimos dejar el descanso para el final y a los 15 min continuamos la ruta.
Desde setenil solo nos quedaba una “etapa” de unos 20 km aprox hasta el cuartel y así nos mentalizamos. Poco a poco el sol iba cayendo mientras seguíamos y seguíamos trotando, hasta que sobre las 21:00 llegamos al final de esa penúltima etapa, el cuartel de la Legion, previa foto en un arco que rezaba: “Legionarios a luchar… Legionarios a Morir”.

En el cuartel seguimos la misma rutina. Cogimos algo de abrigo, el frontal y sin dejar al pobre Antoñito que se comiera su caldo que con tanto amor le habían preparado los legionarios volvimos a la carrera.

A partir de aquí nos íbamos a encontrar con la parte más dura de la carrera. Una subida, odiosa por mi parte, hasta el santuario y una bajada en la que hicimos unos 6 km en casi una hora. Llegados al avituallamiento del km 84 sufrí un ligero bajón, quizás por las 11 horas que llevábamos en camino, quizás por las escasas nueces que llevaba en el estomago… pero bajón que pude subsanar y remontar gracias a la ayuda de mi hermano Nacho y de su incansable optimismo. Fueron momentos duros que ahora agradezco haberlos pasado para conocer realmente mis limites y saber que EL DOLOR ES PASAJERO.

En fin, una vez llegados al km 94 ya estaba casi todo hecho, un sentimiento positivo embargaba mi cuerpo, sentimiento que nos hizo pasar la famosa “Cuesta del coño” sin apuro alguno con el pensamiento ya en la recogida de la tan ansiosa sudadera.
7 kilometrillos de ná y ya estábamos ahí, los 4 del principio esperando a que Padres y hermana nos hicieran la tan esperada foto en la llegada, he de decir que nunca un flash me había producido tanta alegría. Hecha la foto y pasamos los 4 a por el ultimo sello del pasaporte, el de la llegada, el de saber que habíamos estado 13 horas 46 min en una carrera, el de conocer con que “poco” uno puede ser feliz, el de tener la condición de Cientounero.

Ya para acabar el día, abrazos con gran sentimiento a la familia, cerveza fría, plato de pasta, camino a casa, un trago de la pócima mágica de Antoñito y a la cama.

Después de dormir apenas 5 horas saludamos a todos nuestros compañeros de A to trapo para conocer la Buenísima noticia de que todos éramos cientouneros y para celebrarlo nos tomamos un vinito en unas bodegas que nuestro “anfitrión” Diego nos había preparado para el domingo.
Para mí ha sido una experiencia inolvidable que recomiendo a todo el/la que pueda/quiera. NOS SENTIMOS ORGULLOSOS DE SER COMO SOMOS, NOS SENTIMOS ORGULLOSOS DE SER “OLD RUNNERS NEVER DIE”!!