lunes, 5 de mayo de 2014

MAPOMA EN FAMILIA


Por fin corro en casa! Afronto esta carrera con especial ilusión por lo complicado que se me está haciendo este año gestionar los entrenos por falta de tiempo, pero siempre hemos tenido claro de dónde venimos y qué es lo que realmente nos hace disfrutar, así que nada nos van a impedir que cambiemos nuestra forma de entender la vida.

La carrera empieza el viernes 25, con la llegada del Señor Manolo y Jesús dispuestos a sufrir de lo lindo y Bea y Ester, incondicionales en esto del seguimiento de nuestros objetivos deportivos. El mismo viernes recibo un mensaje del que faltaba… Ignacio me escribe: “oye, y si corro el domingo con Papa?!” buena idea esto de prepararse una Marathon 2 días antes!

El sábado se incorpora Vicente y con Jordi completamos el equipo de un fin de semana perfecto en buena compañía. Día de cañas y cena de pasta para no perder la costumbre preparatoria de las carreras.

El domingo quedamos a las 8:15 al lado de la salida para las pertinentes fotos y reuniones con todo el resto de compañeros de A To Trapo. Fotos hechas, saludo al sol madrileño y cada mochuelo a su olivo. Salen primero los corredores de los 10 km y a las 9:00 después de un desastre de división por cajones (de hecho, el cajón era único), se da el pistoletazo de salida (por decir algo, porque del aviso de la salida se enteraron pocos).



Empiezo la carrera con Jordi acompañándole en su primera Media Marathon hasta el km 13, momento en que se dividen nuestros caminos y empieza mi periplo individual (aunque el sentimiento de soledad se vio aliviado por tener a Bea de escudera cada kilometro, muchas gracias! la próxima tienes el dorsal aseguradoJ), sabiendo que justo detrás Vicente iba de escudero en la primera Marathon de Jesús y mi hermano hacía lo propio con Manolo.

 
Personalmente, me planteo la carrera para disfrutar y así lo hice. El recorrido es muy bonito y emocionante en algún punto como Sol o la Plaza Mayor, donde la gente hacía que tus piernas fueran solas. Pero no todo va a ser un camino de rosas… a partir de la casa de campo empieza lo duro, con kilómetros en las piernas y cuestas que amargan la existencia a más de uno, y a mí me la solucionan porque vuelvo a encontrar ese sentimiento de libertad de conseguir tener la mente totalmente en blanco. Paso a paso vamos tirando y sin comerlo ni beberlo estamos en la entrada del retiro, acariciando la meta mientras cientos de personas formaban un pasillo que nos acercaba en volandas al arco de finisher.

Justo detrás de mí entraban Vicente y Jesús, cumpliendo este último con la primera Marathon de muchas que nos quedan por correr juntos y como guardianes de este grupo variopinto de corredores llegan Ignacio y mi padre, que con 67 añazos cruza la meta como si fuera un chaval y con un espíritu que ya lo quisieran algunos veinteañeros.

 

Pronto nos enteramos que el resto del equipo ha acabado como siempre solemos hacerlo, por todo lo alto! Incluyendo Fernando, que el tío voló literalmente rompiendo todas las barreras concebibles para esta carrera.

Enhorabuena a Jesús y Jordi por conseguir el reto planeado y gracias a tod@s por este fin de semana, a Pablo, Santi y Jimmy por animarme en algunos momentos duros de la carrera y especialmente a Ester y a Bea, fieles seguidoras y eternas sufridoras de nuestros gustos.

P.D. Sin ningún lugar a dudas, lo peor la organización, es lamentable ver como esto se está convirtiendo en un negocio en toda regla, sin atención al corredor, aplicando leyes capitalistas de máximos ingresos y mínimos costes y perdiendo la esencia de lo que realmente debe ser una Marathon. Es una pena que una ciudad como Madrid se venda al mejor postor, cediendo el MAPOMA al “Rock´n Roll Marathon” sin exigir mínimos de calidad y cobrando 60€ por unos servicios que dejaban mucho que desear. Mala señal para los que nos movemos en este mundillo!